28 de Marzo del 2009
El protagonismo hondureño fue amplio del primer al tercer cuarto del partido. ¿Por qué? Porque el circuito formado en el mediocampo por Wilson, Rambo, Núñez y Amado supo tener buena circulación del balón, aunque tenía poca penetración a fondo, unas veces porque no hubo suficiente movilidad y otras por imprecisiones en el último pase.
Por eso el gol hondureño llegó como tenía que llegar, vía balón parado. Un tiro de esquina que soltó el portero triniteco y que supo aprovecharlo Pavón para decretar el 1-0. Hubo momentos del partido que para Honduras parecía un mero entrenamiento, aunque Trinidad tuvo leves reacciones que terminaron en un par de remates con alguna peligrosidad.
Creo que este equipo caribeño no era malo, lo desconcertó la buena tenencia de balón de los volantes hondureños más el desmarque que se supo hacer para escapar del marcaje triniteco, pero, ¿cuál fue nuestro pecado? Claramente sentirnos superiores contra un rival que significaba poco riesgo.
Sintiéndonos tan superiores, hubo momentos en que se pudo liquidar el resultado, porque pese al control del partido no se pudo construir el segundo gol que era lapidario para Trinidad. Me quedé esperando el ingreso de Dani Turcios, que era el jugador indicado para mejorar esa buena tenencia del balón que decayó en los últimos quince minutos y, si no se podía convertir el segundo, entonces se debió cuidar el 1-0.
El pronóstico antes del partido era de 1-1, pero luego, viendo el desenvolvimiento de los equipos, “¿y la superioridad de los nuestros?”, sin embargo aquel partido está para ganarlo y con una buena diferencia”, pues eso era lo que se miraba claramente.
Vino el fatídico minuto del empate trinitario como un balde de agua fría que suponía el empate cuando esperábamos obtener más en este partido.
Ahora bien, por lo que se vio en este juego el resultado para nosotros fue negativo puesto que era una excelente oportunidad de traernos tres puntos del Caribe. Por eso yo esperaba la entrada de Turcios, insisto, porque se necesitaba que le diera aire al equipo y mejorara la tenencia del balón porque se había decaído en ese aspecto. Si no se podía marcar el segundo gol había que cuidar el resultado (1-0).
Ahora consideremos el empate. Es bueno si le ganamos a México el miércoles, pero si no le ganamos, este empate contra Trinidad va a quedar como un mal resultado y nos quedaremos lamentado. Si no sacamos un buen resultado ante México nos vamos a ver mal en la tabla y será como se den las cosas en este partido contra los mexicanos, sino por lo que no hicimos o la oportunidad que se perdió contra Trinidad y Tobago.
Rescatemos algo: la actuación de Samuel Caballero fue muy buena, no tuvo problemas, se vio muy bien. Adelante hizo falta sin duda David Suazo, ese partido era para que David anotara mínimo tres goles, así como estaba planteado.
Honduras era toque, toque, toque, pero no había profundidad, no hubo quien alimentara bien a Pavón, como digo: la penetración a fondo, y David Suazo tiene eso, que arranca verticalmente y es difícil que Pavón pueda hacer lo mismo; él es bueno en el área, como lo probó.
Nuevamente nos veremos la caras con nuestro eterno rival del área: Mexico.
