Podíamos seguir soñando

6 de Septiemmbre del 2008

Canada 1, Honduras 2

Con garra catracha y un maravilloso Ramón Núñez, Honduras se impuso a Canadá y tomó un respiro.

Nos olvidamos de los problemas y celebramos, dejamos atrás todo conflicto, nos abrazamos y le dimos gracias a Dios de haber nacido en esta tierra. Honduras ganó y lo hizo con garra, con coraje y con el corazón.

Canadá no pudo en su propio feudo con el talento de los nuestros y con un Ramón Núñez más inspirado que un enamorado en París. Volvimos a soñar, lo hicimos y ahora seguía Jamaica. La Bicolor necesitaba ver el Olímpico lleno el próximo partido.

Las selecciones de fútbol de México, Estados Unidos y Costa Rica, principales favoritos de la Concacaf para clasificarse al Mundial de Sudáfrica-2010, sortearon con éxito sus compromisos de sus partidos anteriores y marcharon a paso firme en la eliminatoria regional en busca del ansiado boleto.

Esos tres países encabezaban sus respectivos grupos, con seis puntos cada uno, tras cerrarse la segunda jornada de la tercera ronda, que tendriá de nuevo acción el miércoles, 10 de septiempre del 2008.

De cada serie, dos países avanzarían a la ronda final, un hexagonal que distribuiría tres boletos a Sudáfrica, mientras el cuarto lugar tendría oportunidad en una repesca contra el quinto clasificado en la eliminatoria sudamericana.   México despachó sin contratiempos 3-0 a Jamaica en el Estadio Azteca, con tantos de Andrés Guardado, Fernando Arce y Jonny Magallón, y se encaramó en la cima del Grupo B, el llamado "grupo de la muerte", que completan Honduras y Canadá.

Los mexicanos, en el debut también de locales, apenas vencieron 2-1 a los atrevidos hondureños que estuvieron al frente del marcador La selección de Honduras, al mando del colombiano Reinaldo Rueda, se trajo tres puntos de oro de Canadá, a la que venció 2-1 con tantos de Ramón Núñez, una de las sorpresas de la jornada sabatina.

Los catrachos, con ese resonante triunfo, se perfilaban como uno de los favoritos para avanzar al hexagonal final de la Concacaf, posiblemente acompañando al favorito México.   Honduras recibiria a Jamaica en San Pedro Sula.

Nos golpearon

Llegó lo inesperado y lo doloroso del encuentro: el gol de Canadá.

Apenas iban tres minutos del juego. El balón se fue al tiro de esquina; cobro y gol de Canadá. Adrián Serioux nos daba una bofetada en la cara y comenzamos todos los hondureños a pensar lo peor. De inmediato se nos vino a la mente una pronta eliminación.

Pero mientras el partido transcurría, volvíamos a la vida. La entrega de los catrachos en la cancha, en medio de las limitaciones, nos hacía sentir en el cielo.

Con la herida sangrando, Honduras se fue a buscar la igualada.

David Suazo tuvo una clara cuando Wilson Palacios lo habilitó, pero el balón se fue de paso. No se pudo.

A los 20 minutos, Sergio Mendoza mandó un "centro-shut" y el portero Lars Hirshfeld la envió con una mano al tiro de esquina.

Ése fue el recuento de la primera etapa, desalentadora y de infarto.

Las regaderas fueron el mejor lugar para que Reinaldo Rueda le hiciera unas reparaciones a su equipo. Lo más seguro fue que sólo les pidió más coraje; les hizo ver que los locales se habían relajado con el gol.

Walter Quesada silbó el inicio de la etapa de complemento.

Les pagamos con la misma moneda. A los dos minutos de comenzado el segundo tiempo, Ramón Núñez, como en muchas ocasiones en el juego, hilvanó una más, condujo el esférico, avanzó, metió un pase para David Suazo y la Pantera mandó un centro preciso. "Ramoncito" no esperó que cayera y fulminó con un derechazo para que todos los catrachos saltáramos, gozáramos y nos fundiéramos en un abrazo. Fue lindo.

La sentencia

Ocho minutos después, David Suazo ganó con fuerza y potencia un balón por la derecha, se comió con sus zancadas el pésimo césped del Saputo, encaró a los defensas y vio solo a Ramón, el héroe catracho. Éste no esperó y con un zapatazo mató a la "Bestia Negra".

Era difícil de creer. Honduras le estaba ganando a nuestros verdugos. En su tierra tumbamos a los canadienses; tan difícil que nos ha resultado hacerlo todos estos años después del Mundial de España 82. El gol del triunfo nos ponía a rezar porque el tiempo pasara lo más rápido posible. Noel nos salvó a los 80 sacando un riflazo de Ali Gerba y a los 93 fue Dios quien nos dio una manita cuando Jim Brennan no pudo conectarla. Ganamos en Montreal y estamos más vivos que nunca. La hexagonal estaba mas cerca y nuestras ilusiones estaban llegando al cielo.